Junto con la mecanización del cultivo de plantas, la zootecnia o ganadería industrial es la base para todo el orden socioeconómico moderno. Antes de la industrialización de la agricultura, la mayor parte del alimento producido en campos y granjas se «malgastaba» al alimentar a campesinos y animales de granja. Solo se disponía de un pequeño porcentaje para alimentar a artesanos, maestros, sacerdotes y burócratas. En consecuencia, en casi todas las sociedades los campesinos suponían más del 90 por ciento de la población. Después de la industrialización de la agricultura, un número decreciente de agricultores era suficiente para alimentar a un número creciente de dependientes de comercio y obreros de fábricas. Hoy en día, en Estados Unidos solo el 2 por ciento de la población vive de la agricultura,[9] pero este 2 por ciento produce lo suficiente no solo para alimentar a toda la población de Estados Unidos, sino también para exportar los excedentes al resto del mundo. Sin la industrialización de la agricultura, la revolución industrial urbana no habría podido tener lugar: no habría habido manos y cerebros suficientes para llenar fábricas y oficinas.